Estás fumado...
sólo...
escuchando música...
cuando...
¡Oh No!
¡es la última gota!
y ¿qué hacés?
No te queda otra...
Salís a buscar un chino o un kiosco
abierto... a las 3 de la matina... fumado... y con un par de birras
puestas...
Te acordás que hay un 24 horas cerca
del hospital... y entrás a caminar.
La calle tranca... no pasa naranja...
hasta que...
El reflejo azul de las luces de un
patrullero que viene por la calle perpendicular...
uy y ahora que hago...
y te comés flor de paranoia... te
hacés la película al mejor estilo "Expreso de medianoche"... la cana
está muy peligrosa estos días, y vos con esa pinta de jipi
bandolero tira bombas... barba de tres días, remera de... bueno, ese
aspecto que hace que los que te ven, crucen de vereda.
Te ven así, los ratis y sos boleta...
Como podés te escondés en una puerta.
El patrullero pasa por la esquina, sin
doblar.
Uff... el alivio... respirás.
De repente ruido como que se abre la
puerta.
Sentís una mano que te agarra y te
mete adentro de la casa, que está totalmente oscura y sentís el
perfume de una mujer, y la uñas que se clavan en tu brazo, y te
mandás... y sentís otras manos que te van sacando la ropa, y te
acordás de los calzoncillos que están rotos, pero para cuando te
das cuenta, ya no están y eso es una boca, y manos y tetas y pijas y
todo a la vez y te hundís hasta el fondo de esos cuerpos y a
tronarla.
Con quién esté a mano y con todos a
la vez.
Y te hundís en un océano de cuerpos
que sudan y palpitan al ritmo del...
Un ruido de vidrio que se rompe te
despierta.
Lo usual, cuando un vaso cae al piso.
Te levantás como podés medio dormido
y, como podés limpias todo y te volves a sentar.
Te querés tomar un vaso de birra para
despejar todo, esa nube que quedó entre sueño y vigilia,
servís…
y ahí te das cuentas que...
uy se te terminó la birra...
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