Con mucho cuidado conectó los sensores de la supercomputadora, a la sien de su prometida.
Quería detectar sus verdaderos sentimientos, ya que al día siguiente, se casarían. Gracias a unas gotas en su bebida, ella, dormía profundamente.
Quería estar seguro de algo, pues, sus propios sentimientos eran una gran confusión. Al menos, necesitaba conocer qué sentía ella, para, de esta, manera, reprogramarse él, con los mismos sentimientos, así evitaría el sufrimiento innecesario.
Los circuitos zumbaban, o al menos esa era la impresión que daban, al bajar la información de la cabeza de ella hacia el disco rígido. El proceso fue mas corto de lo que esperaba.
Cargó el archivo resultante en el programa y le dió la orden de procesar. En la pantalla, un simulador de osciloscopio dibujaba distintos tipos de ondas, y cambiaba a otra máscara; así por varios minutos; muchos más de los que esperaba.
El programa buscaba información que lo incluyera a él, pero tardaba mucho en listar resultados. A medida que avanzaba, teóricamente, debía ir escribiendo, en un listado, las direcciones de memoria que lo contenían a él. Pero ya tenía analizado una tercera parte del archivo y él no aparecía.
Cuando terminó el proceso, sin la mas mínima pista de que él estuviera en su campo sentimental, pensó que habría algún problema, eso significaba la nada, es decir que él no le causaba a ella ningún tipo de sentimiento, ni bueno, ni malo, ni duda, ni certeza, le era absolutamente indiferente. Y después de casi cinco años de noviazgo, ésto era imposible.
Tendría que reconfigurar la búsqueda, porque evidentemente se equivocó en algo.
Había hecho pruebas de sensibilidad en él mismo, sobre distintos temas frívolos como para poder calibrar los sensores, y que detectaran los sentimientos más ínfimos.
Buscó es sus archivos de prueba, pero algo llamó su atención.
Había un proceso similar al que estaba realizando, pero llevaba su nombre como el origen del archivo de sentimientos. Lo que generó una reprogramación de sentimientos, que llevaba el nombre de ella. Él no fue quien creo esos archivos. Buscó la fecha, y la hora. Ese día él se durmió mas temprano que de costumbre, apenas recordaba algo.
Cuando quiso abrir esos archivos, apareció una ventana que decía::
- Éstos, eran mis sentimientos, antes de ver los tuyos, y de realizar una reprogramación en mi. Yo tampoco quiero sufrir- Lo firmaba ella.
Automáticamente apareció el mismo simulador, pero con otra información, cada segundo tiraba una dirección de memoria dónde aparecía el nombre de él. Ella lo amaba realmente, como pocas veces alguien se animaba a amar.
Pero a continuación, el archivo que se procesó, era el que le extrajo a él. Y no existía en ningún lugar de sus sentimientos el nombre de ella, es decir que ella no le causaba a él ningún tipo de sentimiento, ni bueno, ni malo, ni duda, ni certeza, le era absolutamente indiferente.
Perplejo, se quedó largo rato mirándola como dormía, y la verdad es que, no le despertaba ningún sentimiento. Un poco mas aliviado, apagó todo, desconectó los sensores y la dejó dormir tranquila.
En la nota que le dejó blanqueaba la situación. Nunca la amó, porque en realidad estaba enamorado de su amigo de la infancia, le pedía perdón por todo el tiempo que le hizo perder. Y le decía que se iría a buscar a su verdadero amor.
Obviamente a su verdadero amor nunca lo sometió a este proceso, es que tenía miedo de los resultados. Sabía que no lo podría soportar.