No aguantó más y se sacó.
Ese hecho en particular era mínimo, pero ya venía con una seguidilla de cuestiones que no había persona viva que las pudiera soportar.
La presión acumulada por meses, o años, estalló,en el lugar menos indicado.
La verdad es que no vale la pena enumerar uno por uno los hechos que hicieron que se brotara de esa manera, cosas de la vida diaria, personas con las que es imposible comunicarse, problemas de lo más pelotudos que se complican de tal manera que la solución es imposible, mala suerte en todo movimiento que se inicie, cortes inesperados en cuestiones que prácticamente están en carrera, dolores varios por la hijadeputés de su entorno.
En fin, una vida llena de expectativas y de ideas superiores, coartada por pelotudeces imposibles de concebir.
Muchos le decían que el problema era de ella, que sola se auto boicoteaba en todo, pero no era así, porque por más que intentara distintas formas para cada cosa, sabía que “puede fallar” y lo peor es que fallaba siempre.
Y esta vez se sacó.
Demostró calma, cualquier persona con un mínimo poder de observación se hubiera dado cuenta que esa calma precedía a un huracán con el poder destructor de cien bombas atómicas.
Pero no existen las personas con el mínimo poder de observación.
Por lo menos en el universo de las empresas de servicios.
En su cerebro se dibujó el plan a seguir.
Fue ejecutando uno a uno los pasos necesarios para llegar a su objetivo.
Le llevó un tiempo, pero finalmente consiguió una invitación para la Convención Anual de Directivos de Empresas de Servicios.
Esa convención tenía la particularidad de reunir a todos los hombres y todas la mujeres que delineaban las políticas a seguir en todo el universo de empresas de servicios.
Llegó vestida de los más elegante con un vestido largo que tenía una especie de capa que ocultaba en su interior dos katanas.
Una vez en el centro del salón, observó.
A su alrededor estaban todos y cada uno de los que lograron que sus nervios se destrozaran, por eso ahora le tocaba a ella destrozar los nervios, músculos y huesos de cada uno de ellos.
Parecía una coreografía armada para un ballet.
La armonía de sus movimientos contrastaba con los pedazos de cuerpos que caían al piso y los charcos de sangre que formaban. Uno a uno fue desmembrando a los infelices, sin que los de seguridad atinaran a nada.
Pedazos amontonados y ensangrentados de carne y grasa humana fue lo que quedó, cuando lograron detenerla.
Ante el estupor de todos, y aprovechando la presencia de la prensa hizo su declaración.
-Soy clienta de la mayoría de estas empresas, y no estaba conforme con el servicio que me prestaron. Espero que los próximos que tengan en sus manos tomar decisiones, lo hagan de una forma más eficiente, así podrán conservarlas pegadas a sus brazos; a sus manos me refiero. Buenas noches.
Y con una sonrisa se dejó llevar.
Contrario a lo que se esperaba, no hubo indignación por esta masacre.
Al principio a media voz...
Al tiempo, se decía en voz alta con medias palabras...
Cuando pasó la segunda masacre, en la que los asesinados fueron los gerentes de bancos, abiertamente se justificaban éstas acciones y una horda enardecida se organizaba para el ataque a los empresarios de la publicidad.