Dedicada
a Laura Va, y a sus telas de araña.
Cuando
me dijiste el otro día que escribiera una para tus arañas, daba la
casualidad, que días antes soñé esto, y lo escribí para armar un
texto... que quedó así... esta hecho de la materia de los sueños,
así que por eso es medio críptico y confuso...
Esas
conexiones que hace el universo...
No recuerdo bien ahora.
Es que me desvanezco por
momentos… me cuesta focalizar.
Vino a decirnos que se le
escaparon unos ejemplares de araña, muy particular y muy peligrosa.
Pero ¿quién?
Tendría que acordarme de
dónde estábamos.
¿Era un hotel?
¿O en casa?
No sé...
Es esta pesadez. Ya ni sé
por qué es necesario que recuerde lo que pasó.
…
Y vuelvo a despertar.
Tengo que recordar.
Se le escaparon una arañas,
le tengo terror a las arañas.
Me dio mucho miedo, y a mirar
por todos lados, vengan a mi casa, así ven cómo son….
Y saben qué son...
Y conocen...
Y a mi casa seguro no
vuelven… va a ser el lugar más seguro.
O, tengo lo necesario para
protegernos...
Tampoco puedo acordarme bien
cuál fue la excusa, pero ahí fuimos todos a la casa de “ello”.
Llegamos y…
¿Qué pasó?
¿Cuál fue el
cuestionamiento que detonó todo?
Algo sobre...
Pero sí, tengo la imagen de
cómo se le abría una pequeña grieta de luz, con forma de rayo en
la sien izquierda, y crecía, deformando la cara y vomitando luz.
Y cuando vuelvo a ver, era
una araña gigante, que se sacaba el disfraz de persona.
Y todo se transformaba
alrededor…
Caímos en una trampa.
Y estábamos en el medio de
su casa, de su tela.
Pegados. Sin poder movernos.
Y fue de a uno, inyectándonos
un toquesito de veneno, para adormecernos.
Y nos empezó a envolver.
Ahora recuerdo, por eso me
cuesta tanto concentrarme.
Igual creo que ya es tarde.
Esta vez no podremos escapar.