-Vení Pochi, veni... mami no te va a
hacer nada...
Era la voz de mamá, pero mamá estaba
transformada en un monstruo... y lo peor de todo es... que seguía
siendo mamá...
-Dale Pochi, no tengas miedo... mami te
quiere, no te voy a hacer mal...
En su voz estaba la ternura de mamá,
pero también había un tono ahí que no podía disimular de...
diversión... mi miedo la divertía...
-Vení Pochi, pobrecita, te
asustaste... pero no pasa nada, en serio... vení... Vení con
mami... Acá estás. Por fin. ¿qué pasó? ¿te asustaste con eso?
No es nada, fue sin querer...
Y si, era mamá y no tenía nada
extraño, nada raro... eso que vi fue una sombra nada más...
por ahí fueron mis ojos que me jugaron
una mala pasada.
Qué boluda cómo voy a imaginarme que
mamá es un monstruo, si es mamá.
Me voy acercando, despacio, con miedo
todavía... esa cosa que sigue adentro de uno por más que no hay
razones... esa parte dura de tu mente que te advierte que hay algo
que está mal...
pero cómo va a haber algo que está
mal si es mamá...
ella nunca te va a lastimar...
eso guardalo para el afuera, ahí sí
que está lleno de posibles monstruos que te van a destruir y ademas
van a gozar de tu destrucción y de tu dolor... ¿pero mamá?
No... mamá no...
Me acerco tratando de relajar, de
apagar esa voz furtiva
... y me abraza...
y se extinguen todos los miedos...
Me acaricia, y calma lo que ya no
está... me aprieta fuerte entre sus brazos... y me acaricia...
Cuando me vuelve a abrazar, y me aprieta
fuerte, quiere sonar una alarma... pero no la dejo... hay un olor...
pero no lo quiero advertir.
Mi mamá me quiere y es lo único que
importa...
y me abraza... pero tan fuerte, que un
poco me duele... no del todo, pero me impide un poco respirar...
y ese olor...
pero es mami... que me quiere... no
importa nada...
y esa sirena en mi cabeza que no deja
de gritarme...
¿por qué no me deja disfrutar en paz
de mi mamá que me quiere?
... y así, de refilón veo sus dedos
en mi hombro que parecen guantes transparentes y por debajo se ve la
verdadera mano que es una garra, con dedos huesudos y uñas
puntiagudas de monstruo.
Pero ¡es mamá!
me alejo para mirarla a los ojos y
dejar de imaginarme estupideces... y veo sus sonrisa...
es mi mami y me quiere... y veo sus
ojos...
y veo adentro de sus ojos...
y veo su alma...
El terror no sabe cómo estallar... es
demasiado terrible lo que veo y mi capacidad de aterrorizarme se ve
superada...
Y mami me abraza, y me aprieta, y me
estruja, y va clavando sus uñas en mi arrancándome pedazos de
carne. En la voz ya no disimula su diversión al verme superada por
el terror... y me sigue destrozando de a poquito para que el dolor
sea más sentido... así para cuando recupero mi capacidad de
reacción me doy cuenta que es tarde... que estoy tan lastimada que
lo único que me queda es esperar a morir... pero no te preocupes...
mamá va a estar al lado tuyo hasta el final.
Madre hay una sola -
CC by-nc-nd -
L. M. Granberg
Madre hay una sola -
CC by-nc-nd -
L. M. Granberg