Definición:

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El cuento fantástico es aquel que,
por la suma de elementos reales y de elementos extraños e inexplicables,
hace vacilar entre una explicación natural o una sobrenatural

y deja al lector sumido en la incertidumbre.

28 de abril de 2017

Terminar con los femicidios

En 28 días mataron 28 mujeres...




Y no aguantó más... 
Cuando el tipo que le pasó por al lado la miró de esa forma que miran algunos tipos y que te generan asco, se dio vuelta, lo miró a los ojos, 
y le puso un tiro.
Este, no va a maltratar a ninguna más. 
Y siguió su camino... con un poco de alivio. 
¿Cuántas fueron este més? ¿veintiocho, estamos a veintiocho y somos veintiocho minas matadas en lo que va del mes? 
Bueno... uno menos... un tipo ¿cuántas minas puede matar hasta que lo agarran? 
Imposible saberlo... por eso, este, no va a matar a ninguna de nosotras. 
Siguió su camino. 
Y en su camino se cruzó con una parejita que estaba discutiendo, y él... él la insultaba, la descalificaba... y ella lloraba... 
se acercó, y le puso un tiro en el medio de los ojos a ese pelotudito para que aprendiera que así, no se le habla a una mujer. 
Y a ella, la miró y le dijo 
vos no tenés que llorar, tenés que aprender a defenderte, porque sino, un sorete como este, un día te va a matar.
Defendete, ¿no ves que es una mierda de persona? 
Aprendé piba, si queres seguir viviendo. 
Y siguió su camino... 
Y ahí estaba, la barra de pelotudos que cada vez que pasaba se esmeraban a ver quién la denigraba más... 
Ejercicio de pajeros, cuando están en grupo se pajean mutuamente insultando y denigrando a las mujeres que pasan, pero nada de lo que dicen se lo dicen a la mina, es entre ellos 
porque se calientan entre ellos tratando de sorprender al otro. 
La mujer que pasa es el objeto intermediario... si serán mierdas... 
Y empezaron, cuando estaba a veinte metros empezaron... estaban tan absortos en la paja mental que ni la vieron 
cuando levanto el brazo, 
disparó, 
y le dio al primero en el medio de los ojos, 
y no atinaron a reaccionar hasta que le voló la tapa de los sesos al tercero. 
Lo que lamentó, es que como empezaron a correr, a los que faltaban los fue matando por la espalda, 
uno por uno, salvo el último que cayó, entonces ella se acercó, y logró ponérsela entre medio de los ojos. 
Así era más prolijo... manías de perfeccionista que tenía... 
Y ahora si, ya podía respirar con un poco más de alivio... eran siete de la barra y dos más, 
son nueve soretes menos para matar minas... 
Siguio su camino... 
Y los que miraban de esa manera... porque una mujer se dá cuenta cómo la miran, 
y no son todas las mirada iguales, entonces por lo menos a esos que ni siquiera tenían un filtro, 
 los fue voleteando a su paso... 
Al final, cuando la apresaron, eran noventa y tres tipos menos que tendrían la oportunidad de matar a quien sabe cuántas minas... 
Y claro, la encerraron. A ella la encerraron, y casi la condenan como paciente psiquiátrica... 
pero ella no los dejó. 
Y se pasó todo el juicio tratando de hacerles entender por qué los mató. 
Lo que las autoridades nunca confirmaron fue el motivo de la baja, en la cantidad de femicidios que se registraron en la ciudad en los siguientes tres años. 


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