El presidente de
la compañía minera Gold Company Inc. & Co. al inaugurar la
nueva fase de explotación, en el pueblito El Dorado, en el interior
de la Cordillera de los Andes, y para desterrar los rumores sobre la
posibilidad de contaminación de las aguas, que, según los
malintencionados producía la explotación minera a cielo abierto,
antes de comenzar su discurso tomó un vaso de agua que se extrajo de
una canilla que se alimentaba de un arroyo y lo bebió ante todos.
A medida que
tomaba, se le fue derritiendo la boca, la mandíbula, la garganta,
saliendo finalmente un chorrito de agua por un agujero que se le hizo
en el estómago.
Él, nunca se
enteró que una mano anónima desconectó la cañería que tenían
conectada a un bidón de agua mineral, y la conectó de verdad al
arroyo.
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